Un juzgado belga ha decidino no imputar por asesinato a un médico especializado en eutanasias tras ser acusado de ejecutar a una mujer que le solicitó terminar con su vida, pero sin tener ninguna enfermedad terminal.
Marc Cosyns de Gante, particó la eutanasia a una mujer de 88 años en enero de 2008, tras haberse opuesto a practicársela el propio doctor de la víctima. Se adujo que la mujer tenía una enfermedad incurable que no era terminal.
El hijo de la mujer presentó una denuncia ante el fiscal tras enterarse la muerte de su madre a manos de Cosyns.
Tras escuchar la renuncia del juez a imputarle por asesinato, el médico asesino dijo» Me siento muy satisfecho por que el derecho de la paciente ha sido respetado».
En 2002 se aprovó emn Bélgica una ley que permitía la eliminación de neonatos y pacientes con enfermedades terminales que sufriesen «un dolor insoportable».
Los mayores de 18 años deben presentar una petición escrita y la opinión de un médico ajeno a la paciente debe confirmar el diagnóstico. Se deben esperar 9 meses en caso de depresión. Sin embargo, son numerosos los casos conocidos en que se ignoran las condiciones legales para practiar la eutanasia.
En 2006, en la revista médica Huisarts, Marc Cosyns confesó haber practicado la eutanasia a una mujer que padecía demencia. Pese a ser un procedimiento claramente ilegal- no sólo no era una paciente de enfermedad terminal, sino que ni siquiera estaba lúcida para firmar el consentimiento- Cosyns quedó impune.
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