La idea la lanzó el martes la consejera de Salud, Marina Geli, en una reunión técnica celebrada en Barcelona: dispensar productos abortivos a las mujeres para que se practiquen el aborto en casa.
«Podría ser útil, segura y eficaz para la interrupción voluntaria de los embarazos de menos de siete semanas», reconoció la titular de Salud de la Generalidad.
Geli declaró a los medios que este compuesto (RU-486) cumpliría con los «supuestos» establecidos por la ley y apuntó que su consejería se plantea utilizarlo «a partir probablemente de 2011», informa Efe. La consejera recordó también que no se trata de ninguna estrategia nueva y que los técnicos de su departamento, que están «revisando los modelos internacionales» en cuanto a procedimientos abortivos», valoran los modelos seguidos por países como Austria, Suecia o Francia, donde desde hace tiempo se usa este medicamento.
«Cataluña quizás podría volverse a situar en ese contexto internacional», afirmó Geli, y subrayó que aunque «hay unas reglas generales en el ámbito nacional, el modelo de aplicación de la ley que regula la interrupción voluntaria del embarazo depende de la Generalitat».
La máxima responsable del área de salud del gobierno catalán matizó en unas declaraciones a la Prensa que hay «algunos elementos muy técnicos» que todavía se están analizando como el hecho de que esta medicación sea por el momento de «uso hospitalario». Geli también habló de la «gran importancia» que tiene en su departamento la «estrategia sobre cómo prevenir los embarazos no deseados» y aseguró que se continúa «analizando cómo mejorar los sistemas anticonceptivos», basando su estrategia en los mismos modelos fracasados en todo el mundo de promover la promiscuidad ofreciendo anticonceptivos.
La nueva propuesta del gobierno socialista-separatista, a parte de facilitar que se incumplan los plazos legales para abortar, convirtiendo el aborto de hecho en libre en cualquier momento de la gestación, desprotege a las madres parricidas al eliminar la supervisión médica de un acto de agresión grave contra su organismo, y convertiría a la región española en un paraíso del turismo del aborto y del contrabando de sustancias abortivas, prohibidas en la mayor parte del mundo, y sometidas a control médico en el resto.
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