
Michelle Bachelet, ex presidente de Chile, una de las participantes en la reunión efectuada en Brasil
El documento resultante recomendará que los Estados revisen sus leyes restrictivas o penalizadoras del aborto, considerándolas “trato cruel e inhumano” a las mujeres, en lugar de considerar cruel e inhumano el descuartizar a sus hijos en su útero. Los delegados fueron principalmente asesores de “género”(activistas de la ideología de género y combativos con el orden moral y cultural cristiano) que representaron a los gobiernos de los Estados Miembros.
El documento resultante, no vinculante, cuyos defensores denominan “Consenso de Brasilia”, recomienda que “en la Reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se celebrará en septiembre de 2010, se preste especial atención a la meta 5B relativa al acceso universal a la salud reproductiva”. El documento de la Cepal también exige a los Estados que incorporen la “autoidentificación” de género a la hora de efectuar censos y ridiculiza a quienes se oponen a la homosexualidad. Concretamente, se refiere a “la prevalencia y persistencia de la violencia contra las mujeres, el racismo, el sexismo, la impunidad y la lesbofobia, la paridad en todos los espacios de toma de decisión y el acceso a servicios públicos, universales y de calidad en materia de concienciación, educación y salud, incluida la salud sexual y reproductiva”.
En el documento también se recomienda que los Estados abran cuentas para reintegrar a las mujeres dinero por el trabajo realizado en el hogar.
En su intervención durante la reunión de la Cepal, Michelle Bachelet, ex presidente de Chile, enfatizó que el Estado no puede ser neutral, y demandó una “voluntad política” respaldada por la mayoría para «imponer» el consenso. Sólo tres semanas antes de la reunión, Bachelet fue designada por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, para integrar un grupo especial de defensa con el fin de incrementar el apoyo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El Movimiento Defensa de la Vida criticó el “Consenso de Brasilia” por estar fuera de sintonía respecto de las leyes, políticas y culturales de la mayoría de los Estados de la Cepal.
Hace unas semanas, “El Buenos Aires Herald” publicó una encuesta en la que se mostraba que más del 82% de los nicaragüenses, el 73% de los brasileños, el 71% de los mexicanos y el 66% de los chilenos se opone a la legalización del aborto en casi todas sus formas.
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