Efectivos de la Gendarmería francesa hallaron este martes los cadáveres de ocho recién nacidos en una vivienda y un jardín de la localidad gala de Villers-au-Tertre, al norte del país, cercana a la ciudad de Douai.
La justicia francesa inculpó a Dominique Cottrez, de 45 años, la madre de los ocho recién nacidos hallados muertos el sábado en la propiedad familiar en la ciudad de Villiers-au-Tertre, en el norte del país. La mujer podría ser condenada a cadena perpetua.
El terrible hallazgo fue realizado por los nuevos propietarios de la casa de la familia Cottrez, cuando intentaban plantar un árbol y desenterraron los cuerpos sin vida de dos niños. Fue la propia infanticida quien poco después confesó a la policía que había ocultado los otros seis cadáveres en el garaje de la propiedad.
La mujer, que trabaja como enfermera y tiene dos hijas de unos 20 años, confesó que asfixió a cada uno de los ocho bebes apenas nacieron, reconoció los asesinatos y declaró que había podido ocultar sus embarazos gracias a su fuerte corpulencia.
Cottrez declaró a la policía que mató a los bebes porque, tras un primer parto muy complicado, no deseaba más hijos y tampoco quería ver a un médico para obtener anticonceptivos, afirmó Vaillant ayer en conferencia de prensa.
El procurador explicó que para inculpar a la infanticida no invocó el fenómeno psiquiátrico conocido como «negación de embarazo» como móvil de los asesinatos. Dominique Cottrez explicó que en todos los casos había sido perfectamente consciente de estar embarazada y reconoció «haber asfixiado voluntariamente» a los niños, agregó Vaillant.
Según la fiscalía, a los cuerpos se le practicaron autopsias entre el lunes y el miércoles de esta semana, y ninguno presenta señales de golpes.
La prensa mundial se ha llenado de titulares en los que se habla de «conmoción», «horror», y del «mayor infanticidio de la historia de Francia».
Sin embargo, la única diferencia entre los asesinatos cometidos por Dominique Cottrez y, por ejemplo, el tétrico abortista Morín, está en el lugar en que se encontraba el, bebé asesinado justo antes de su ejecución.
Entre 1989 y 2006, años en los que Dominique Cottrez asesinó a sus 8 hijos, se abortaron en Francia más de 3´5 millones de abortos. Es decir, que por cada uno de los bebés que la infanticida asesinó a sangre fría una vez hubieron salido de su útero, la ley amparó el asesinato, igualmente a sangre fría, de 437.500 niños dentro del útero de sus madres, sin producir la menor conmoción.
Por otro lado, dada la deriva moral de la sociedad, no será difícil que en proximas fechas la progrsía platee el derecho a interrumpir la maternidad no sólo antes, sino también después del parto. A continuación ponemos un video propagandistico de las concentraciones por la vida del pasado 28 de diciembre, en el que se hacía una ficción sobre la reivindicación del infanticidio por el feminismo:
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