Archive for the ‘Testimonios’ Category

De terrorista marxista y defensora del aborto, a ferviente partidaria de la vida.

abril 4, 2011

Amparo Medina, de terrorista comunista a defensora de la vida

La adolescencia la encontró con el compromiso de meterse en los barrios más pobres, donde forjó su ideología política desde una concepción marxista. En los ‘80, se unió a los movimientos terroristas de su país, luchó contra la toma de tierras pertenecientes a comunidades originarias, encabezó movilizaciones de lo que hasta entonces consideraba una ferviente defensa a los derechos humanos y, convencida, militó durante años a favor del aborto.
Contar la vida de Amparo Medina (45) es como hablar de dos personas diferentes: la de antes y la de ahora. Es que después de un largo camino andado, sus pensamientos son opuestos a los que un día creyó que habían sido el eje de su vida. Lejos de la mujer armada que fue, se cataloga como una “militante de la vida”. De hecho, una cruz colgada en el pecho deja ver que en algún momento se convirtió al catolicismo.
Ahora, su discurso no es menos polémico que sus ideologías de antaño. Se opone al aborto y pone en duda la confiabilidad de los métodos anticonceptivos, a los que considera más un negocio de las corporaciones multinacionales que una respuesta a los problemas concretos de la sociedad actual. Incluso, al conocer desde adentro las problemáticas de América Hispana, asegura haber logrado una visión completa de la realidad.
“La educación debe ser integral para que la persona pueda tomar decisiones acertadas en su vida”, asegura momentos antes de realizar su ponencia en el Primer Congreso Nacional de Organizaciones Pro Vida y Familia de Argentina. Para contar su experiencia, la mujer llegó desde Quito (Ecuador) -donde vive- y se quedará en Mendoza hasta el domingo.
Amparo es pedagoga social. Estudió en España, realizó investigaciones de liderazgo en Israel y ha trabajado como consultora en temas relativos a salud sexual y reproductiva en organismos internacionales, como la OEA, Unicef y la ONU, entre otros.
Al escuchar su testimonio, el tiempo parece desvanecerse entre vivencias que cualquiera pensaría sacadas de una película. Cuenta que a los 17 años dio los primeros pasos como terrotista en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Ecuador. Así, comenzó a organizar grupos de gente para que lograran llevar adelante sus proyectos productivos. Les enseñó a defender sus tierras y a usar la violencia para ello.
Claro que nada de esto fue sencillo. En los ojos de Amparo se denota un dejo de tristeza cada vez que vuelve la mirada atrás. En 1988 cayó presa por primera vez. Después de eso, continuó su militancia y se sumó al Movimiento denominado “Alfaro Vive Carajo” (AVC), una corriente que tenía diferentes bandas armadas en Colombia y Chile.
En 1992, fue la segunda vez que fue detenida. Luego de esos episodios, Amparo comenzó a entender que también había otras maneras de luchar.
Fue en 2004, cuando la cabeza de Amparo hizo un ‘click’. En ese año -cuenta- le sucedieron dos hechos que la marcaron para siempre: vivió casi como en carne propia un aborto y fue testigo de un milagro que le salvó la vida. Al hablar de la primera experiencia, ella no deja de lamentar aquellos momentos. “Acompañé a una amiga, que había quedado embarazada por una relación que había tenido por fuera de su matrimonio”, recuerda.
En su mente, todavía hay imágenes que, asegura, no logra borrar. Dice que el bebé había comenzado su novena semana de gestación. “Me acuerdo de la sala, el miedo y el dolor que se traslucía en la cara de mi amiga; el sonido de la aspiradora y yo, que le decía que no tuviera miedo, que siguiera adelante, que pensara que se trataba de una operación sencilla que la iba a beneficiar”, desliza sin poder apartarse de ese momento.
Hasta hoy, Amparo no deja de sentirse culpable por ello y hasta fundó una asociación que ayuda a superar la depresión post-aborto a los padres y madres que han recurrido a esto. “Entendí que ninguna mujer aborta porque le guste; el sufrimiento es inmenso y deja marcas que nunca se pueden superar”, reflexiona y asegura que la responsabilidad para evitar que se produzcan embarazos no deseados no pasa por administrar preservativos sino en enseñar de qué se trata la sexualidad; qué riesgos y responsabilidades implica.
El otro episodio que la marcó a fuego sucedió en plena selva, mientras ordenaba el frente de resistencia “en defensa de las tierras indígenas”. Del lado opositor, otra vez la milicia. “Me rozó una bala del lado izquierdo del pecho, caí y quedé inconsciente. Fue ahí cuando tuve la visión de una niña de 16 ó 17 años que dijo que me amaba. Ahora estoy segura de que era la Virgen María”, dice convencida y remata: “No soy más que la pieza de un engranaje muy superior”.

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Yo tuve un aborto y me odio a mí misma

noviembre 24, 2010

Reproducimos por su interes el siguiente artículo publicado en NOTIFAM

Comentario por Kelly Clinger

Nota: La señora Kelly Clinger, una artista estadounidense, quien además ha sido parte del elenco musical de la cantante pop Britney Spears, tuvo dos abortos durante el periodo temprano de su veintena de años de edad. Ella discute con mayor profundidad la experiencia de sus abortos en su diario cibernético en inglés Kelly Clinger – la bondad y la misericordia – mi verdad sobre el aborto. En este artículo, publicado esta semana, ella habla sobre sus continuas luchas internas para lidiar con el periodo subsiguiente, pasados los abortos.

19 de noviembre 2010 (Notifam) – Esta semana ha sido un completo infierno.

Alguien me preguntó si yo me había enterado de lo sucedido con el médico en la ciudad de Orlando, en el Estado de Florida, en los Estados Unidos de América, quien estaba metido en muchos líos. Cuando busqué las noticias para enterarme, me di cuenta que se trataba del señor James Pendergraft, el médico que me había practicado los abortos. En estos momentos, a él le han suspendido su licencia para practicar la medicina por cuarta vez, y en esta ocasión se debe a que realizó abortos tardíos pasado el periodo permitido por ley.

Cuando vi una fotografía de la clínica, me derrumbé. Cuando vi una fotografía del médico, yo comencé a llorar sin poder parar.

Cada vista, cada sonido, cada sentimiento regresó a mí. Todavía recuerdo el cartel montado en el techo. Fue lo último que vi antes de quedar dormida por la anestesia, y fue lo primero que vi cuando me desperté.

El artículo en la prensa estaba repleto de historias de mujeres como yo….aquellas que han sufrido por meses, incluso años, debido a los abortos incompletos que le fueron practicados.

Se relató el caso de la mujer que estaba despierta y vio cuando su bebé le fue extraído, y el modo en que el cuerpo del bebé niño se desbarató en las manos del médico. Ellos escucharon su desesperada llamada telefónica de emergencia en que decía que quería que su bebé viviera luego de ver que realmente es un bebé, pero nadie en la clínica la ayudaba. Cuando la ambulancia arribó, ya el bebé estaba muerto.

Es un tema incómodo…..porque si yo lo llamo bebé, si yo admito que era un niño o una niña con diez dedos en las manos y diez dedos en los pies, y con una vida ya trazada por Dios, entonces yo estoy diciendo que yo soy una asesina. Si yo hablo de esto, escribo un diario cibernético sobre esto, entonces eso lo hace real.

Pero cuando yo pienso que he alejado las memorias lo suficientemente lejos de mí, de modo que no me puedan alcanzar, así mismo regresan nuevamente.

El odio a uno mismo es paralizante. Acecha muy de cerca y me dice que yo no merezco la felicidad. El sentido de culpabilidad es sofocante. Ha afectado cada relación humana que tengo. No puedo confiar en otros ni hacer intentos hacia la intimidad.

Yo aceptaría que me dispararan con una bala para salvar a mis hijos ya nacidos y fuera de mi vientre. ¿Por qué no protegí a mis hijos que estaban dentro de mi vientre?

Ya no guardo la esperanza de que el pasado pudiera haber sido distinto. No puedo cambiar lo que hice. Cada estudio bíblico, sesión de consejería, y oración, parece ser solamente una venda puesta sobre una herida que nunca se sanará.

Por eso, yo voy a ser una voz para mis hijos quienes solamente saben del cielo. Yo voy a ser una voz para las millones de mujeres que viven con el arrepentimiento, el sentido de culpabilidad, el odio a sí mismas, y el temor de que se sepa lo que les ocurrió. Yo voy a ser dolorosamente honesta sobre cada sentimiento que tengo, y yo voy ser una defensora de la vida, aún cuando ello sea impopular o políticamente incorrecto. Por eso, por favor, ahórrense hacerme saber de los argumentos pro-vida o pro-aborto. Sé lo que vi. Sé lo que siento. Nunca más seré la misma persona. Nunca me voy a sobreponer a esto.

Y si yo no asumo la carga de este dolor para convertirlo en mi propósito de vida, creo que me matará.

Este artículo fue reproducido con el permiso del autor.

Versión del original en inglés: http://www.lifesitenews.com/ldn/2010/nov/10111813.html

¿Solo las ayudas a las embarazadas terminarán con el aborto?

noviembre 10, 2010

El movimiento provida español, principalmente la rama del abortismo provida (que tolera el aborto, pero que quiere disminuir su número), insisten continuamente en que la causa del aborto es la falta de ayudas a las madres gestantes.
Sin embargo esto no es cierto del todo. El motivo principal del aborto es que está despenalizado. Que la mujer que acaba con la vida de su hijo, y el profesional de la muerte que la ayuda a ello, o incluso la incita, no asumen ninguna responsabilidad penal.
Si bien es cierto que la ayuda a las madres gestantes es una obligación del Estado(como lo es a otros grupos sociales vulnerables), ésto por sí sólo no terminará con el crimen del aborto.
Existe un porcentaje no pequeño de mujeres que abortan con convicción de que lo hacen por que pueden y por que es su derecho librarse de ese «problema» que crece en su interior.
Un ejemplo de esto es el caso de Stacy Cutler, de 22 años. Todo un ejemplo de desprecio a la vida humana, de irresponsabilidad, y de aborto voluntario, consciente y reiterativo: lo ha hecho en cuatro ocasiones en los últimos tres años.
La joven, que ya tiene un hijo, asegura que simplemente hace lo mejor para su familia porque no puede mantener a otro bebé.
«No ha sido fácil interrumpir cuatro embarazos», afirma Stacy en el diario The Sun, «me di cuenta de que sería injusto traer más niños al mundo cuando apenas tengo dinero para cuidar a mi hijo».
Estos son los motivos que aleja Stacy para someterse a cuatro abortos en 3 años, uno de ellos a sólo dos semanas del límite de 24 impuesto por la ley. La joven asegura que no se sentía preparada ni emocionalmente ni económicamente para tener otro hijo y que hace lo mejor para su familia.
Stacy, que supuestamente usaba la píldora cuando se quedó embarazada, asegura en el diario británico que el aborto es un tema demasiado tabú. «Las mujeres que deciden tener un aborto son criticadas y despreciadas, pero es mucho mejor que traer un niño al mundo que no puedes cuidar», afirma.
«Obviamente se que no estoy orgullosa de lo que he hecho y se que la gente me juzgará pero el aborto debe ser una decisión de la mujer que va tener el bebé y de nadie más»; sentencia.
La joven, que vive en Cradley (Birmingham), tiene un hijo de cuatro años de edad, y la segunda vez que se quedó embarazada su pequeño sólo tenía cinco meses. Stacy asegura que, en un principio, no se planteó el aborto pero que empezó a tener dudas, «Jason comenzó a echar los dientes y me despertaba todas las noches», explica, «la idea de tener otro bebé me aterrorizó. Mi hijo necesitaba mi atención completa, él ya estaba en el mundo y el otro bebé aún no».

EL Jardín de los Ausentes

noviembre 10, 2010

Artículo enviado por una de nuestras lectoras:

No sé si Vds. han oído hablar de El Jardín de los Ausentes; es una bella iniciativa creada el 4 de julio pasado por la Organización Unidos por la Vida, y se trata de un memorial a las víctimas del aborto en Paracuellos del Jarama, que a la vez es un lugar de sanación y reparación para sus madres, padres, y para toda la sociedad. Me he enterado hoy de que va a ser demolido esta semana, si Dios (y los Suyos) no lo remedian. Las circunstancias de tiempo y lugar –noviembre y cementerio- me hacen pensar en el enemigo de la vida, quien debe de estar parafraseando la célebre frase “cuán gritan esos malditos, pero mal rayo me parta si en terminando esta carta no pagan caros sus gritos”. Los gritos deben ser los de las engañadas madres que abortaron y lloran con desconsuelo por sus hijos muertos, y es lógico que el sempiterno Tenorio se estremezca al oírlos y quiera silenciarlos. Además de todos los argumentos científicos que se han dado y se darán a favor del derecho a la vida desde la concepción, hago una llamada a todos los que defienden la verdadera memoria histórica del siglo XX para que no impidan a las madres del siglo XXI honrar a sus hijos abortados, los más inocentes entre todos los españoles muertos. Para saber más sobre este Jardín de los Ausentes, ver http://www.unidosporlavida.org.
Amparo Tos Boix, Valencia.

Joven padre pro-vida casi perdió a su hijo por un aborto: dice que los padres no tienen ningún derecho legal

noviembre 10, 2010

Reproducimos la siguiente noticia publicada en Notifam:
Joseph Lee, quien se desempeña como funcionario de desarrollo para la Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos, en Escocia, es el padre de un niño de cuatro años de edad. Pero él casi perdió a su hijo más de cuatro años atrás, dado que las leyes del aborto en Gran Bretaña no permiten a los hombres ser tomados en cuenta cuando se decide efectuar un aborto.
Lee contó su dolorosa historia a LifeSiteNews.com en una conferencia celebrada este fin de semana en Dublín.
A los 22 años, la novia de Lee quedó embarazada e intentó abortar. A pesar que él quería tener el niño y creía que el aborto era moralmente erróneo, descubrió por sí mismo que no contaba con recurso legal alguno para salvar la vida de su hijo por nacer.
Sin lugar a dónde ir en busca de ayuda, la única opción que quedó para Lee fue la oración.
En dos ocasiones, desde la aprobación de la Ley de Aborto de 1967, los hombres han intentado y han fracasado en los tribunales para proteger a sus hijos del aborto. Lee había estudiado la ley y sabía que “para mí no era una solución ir a un abogado”.
“Sabía que sería completamente infructuoso. Por eso yo sabía que todo lo que podía hacer realmente era ante todo rezar y tratar de convencer a mi novia que tuviera el bebé. Esto fue muy frustrante”.
La madre de Lee había estado involucrada en el movimiento pro-vida. “Por eso yo sabía que yo estaba completamente en contra del aborto en todos los casos”, dijo él. “Pero nunca me había visto desafiado por ello y nunca hice nada al respecto. En consecuencia, mi novia iba a abortar y yo no podía oponerme a ello, independientemente del hecho que yo sólo tenía 22 años de edad, y ni siquiera podía cuidar de mí mismo, mucho menos de otra persona”.
“Entonces traté de convencerla que no abortara, pero ella siguió adelante y reservó una cita”.
Lee dice que está convencido que fue sólo por el poder de la oración que la enfermera en la clínica de aborto mostró a su novia la ecografía. En los centros de aborto en todo el mundo, normalmente se exige una ecografía para determinar la edad gestacional del niño y decidir qué método de aborto se va a utilizar. Pero por rutina se les niega a las mujeres que vean a su hijo no nacido, por las dudas que ello las predisponga contra el aborto.
Como ha ocurrido con tantas otras mujeres, una vez que la novia de Lee vio la ecografía se dio cuenta que no podía seguir adelante con el aborto.
“Recuerdo una llamada telefónica ese día, cuando ella dijo que no iba a seguir adelante con el aborto y que había visto a nuestro hijo mientras el escaner exploraba su vientre, y que se lo veía bastante feliz, nadando. Ella dijo que simplemente parecía una persona en miniatura”.
“Recuerdo que pensé: ‘Eso es porque se trata de una persona’”.
Él relata que la enfermera que ofrecía la píldora “médica” abortiva RU-486 dijo: “No soy feliz de darte esto a menos que estés 100 por ciento segura”.
“Y obviamente, ella no estaba 100 por ciento segura, porque yo estaba haciendo todo lo que podía para convencerla que tuviera al niño”.
“No me di cuenta de esto en ese momento, pero me enteré más tarde que ella se había sentado a conversar con una amiga que había usado la píldora abortiva, así que tal vez eso fue algo que influyó en su decisión. Esa no puede haber sido una velada agradable”.
Lee señaló que “es muy raro” para ver algo escrito acerca de los derechos del padre en el debate sobre el aborto.
Dijo que “incluso en los círculos pro-vida… los grupos de presión abortistas se centran en los derechos de las mujeres”. “Los militantes pro-vida tienden a concentrarse correctamente en el niño. La mayoría de los consejeros se centran en la mujer, pero no hay nada realmente que se centre en el padre”.
Al preguntarle si hay alguien haciendo cualquier tipo de trabajo legal en nombre de los hombres en esta situación, José respondió: “No que soy sepa, no”.
“Esto muestra que el lado pro-aborto ha tenido mucho éxito en convertirlo exclusivamente en asunto de las mujeres, lo cual es completamente ridículo, porque a partir de mi propia experiencia he visto que las mujeres están mucho más predispuestas a abortar si el hombre no está involucrado”.
Señaló que las leyes de aborto aíslan a las mujeres. Inclusive si una mujer no está siendo presionada para abortar, sin el padre comprometido ella no tiene apoyo: “Si el varón dice: ‘es asunto tuyo’, eso es lo que ejerce presión sobre ella y le da la sensación de que tiene que abortar.
“Es una mentira total sugerir que las mujeres deben depender sólo de ellas mismas para tomar una decisión. No es perjudicial admitir que a veces ellas necesitan el consejo y el respaldo de otras personas”.
“El aborto es una de las decisiones más horrendas que alguien vaya a tomar alguna vez, y tener que hacerlo exclusivamente por su cuenta es algo muy aterrador”.
Como si fuera un juego de azar, los hombres consiguen legalmente el extremo corto del palillo – si quieren ser padres o no- , dijo Lee, quien sostiene que el aborto legal ha dado a los hombres la excusa para “alejarse” de las madres de sus hijos. “Esto legitima que los hombres no participen [en la crianza del niño] y puedan abandonarlos. Ellos esperan que las mujeres aborten”.
“Hay una contradicción cuando un hombre es despreciado si no va a estar ahí cuando su niño nace, pero se le dice que no cumple ningún rol en todo esto”.
“Él es vilipendiado por no cumplir un rol en la vida del niño, por no apoyarlo, pues esto es lo que se recomienda desde el comienzo mismo de la vida del niño. Por eso no es una sorpresa que veamos que los hombres abandonan a sus hijos”.
Agregó finalmente: “Sé que no debemos juzgar a las personas, pero realmente pienso que lo que hace un hombre respecto a sus hijos es una forma en la que podemos medir si él es realmente un hombre o no. Porque si un hombre abandona a su propio hijo, entonces para mí no es un hombre de verdad”.

Entrevista con Jim Caviezel

octubre 15, 2010

Reproducimos la entrevista a Jim Caviezel publicada en la página decine21.com

«El aborto es la gran lacra moral de occidente»
El actor Jim Caviezel, famoso por las películas La delgada línea roja o La pasión de Cristo, viene a España a promocionar La verdad de Soraya M., que narra la tremenda y verídica historia de la lapidación de una mujer en Irán. Caviezel tiene mucha personalidad, habla con seriedad y piensa lo que dice. Se aleja de los tópicos y no se asusta cuando tiene que tocar temas de gran calado.
Está claro que el cine es un gran negocio, pero esta película es mucho más que un negocio. ¿Cree que un artista tiene una especial responsabilidad moral?

Todos tenemos una obligación moral. Como el periodista Freidoune Sahebjam, el cual se encontraba en el pueblo de la pelicula porque estaba escribiendo un artículo sobre el cambio del Sha por el Ayatolá. Se encuentra con esta historia, y escribió el libro. No tenía ninguna obligación de hacerlo, y sabía que si lo escribía iba a tener problemas. Siendo persa como era, entendía lo que podía significar para él. Y efectivamente le declararon la «fatwa» (condena a muerte) y le persiguieron. No le cogieron, pero sufrió mucho estrés. Podía haberse negado a que hiciéramos la película, pero no lo hizo, y 48 horas antes de empezar a filmar La verdad de Soraya M. murió del propio estrés. Supongo que algún día le darán algún reconocimiento por lo que hizo.

¿Cómo cree que influyen este tipo de filmes de denuncia en la sociedad?

Pienso que este hombre que escribió la historia de Soraya está en un lugar muy privilegiado. Estuvo dispuesto a usar su talento y poner en peligro su vida para contarla. La película no necesita a la prensa, aunque lógicamente ayudaría mucho a que se conozca la historia. Pero la película vivirá más allá de mí, más allá de nosotros.

Y en cuanto a sus películas…

Si yo decidiera hacer películas malas. Por ejemplo, si decidiera, hacer una película que pusiera a los judíos como si fueran ratas, como hizo Goebbels, al final la historia me acabaría juzgando y me pondría en su sitio, como ocurrió con él. Si un ingeniero calcula mal un edificio y éste se acaba cayendo hay que pedirle responsabilidades por lo que ha hecho. Asimismo un actor también es responsable de los papeles que decide interpretar. Si propaga mentiras es un mentiroso. Y aunque parece que nada ocurre, al final la historia nos juzgará.

Está claro que en ciertos países islámicos la situación de la mujer en la sociedad clama al cielo, pero, a su juicio ¿cuál es la mayor lacra moral del mundo occidental?

El aborto. Sin lugar a dudas. Como dijo la Madre Teresa, «el aborto terminará llevando al mundo a una guerra nuclear». Cuando un hombre mata a un hombre en una situación de guerra, es malo, muy triste. Atila fue más lejos. Dijo «no sólo voy a matar a hombres, sino a mujeres y niños». Elevó la barra a otro nivel. Y en distintos momentos de la historia se han matado a hombres, mujeres, niños, a razas enteras, se han cometido genocidios, siempre yendo a más. Atila hizo eso para dar miedo a sus enemigos. Cuanto más horrendo era lo que hacía más miedo le tenían.

Pero el aborto va mucho más lejos: cuando la propia madre mata a su hijo va contra su propia naturaleza, contra su propio instinto. Se habla de «choice», de su elección, pero cuando la mujer hace eso, cuando destroza la vida de su hijo no nacido, entonces hemos llegado al límite. El nivel no puede subir más en cuanto al mal. En Estados Unidos ha habido más de 50 millones de abortos desde el año 53, tantos como los muertos en la II Guerra Mundial. La quinta parte de nuestra población. Se está inviertiendo el triángulo demográfico. La base cada vez mengua más, hasta que no habrá jóvenes para mantener a la población. Por tanto, ¿qué pasa? La siguiente etapa es el llamado «derecho a morir», la eutanasia.

La ciencia y la Iglesia están de acuerdo en que la vida empieza en la fecundación. Y hay muchos científicos que no creen en Dios. Yo y mi mujer estamos muy involucrados en la lucha por la vida en Estados Unidos y cuando veo familias que han vivido el aborto, compruebo la devastación que les ha producido. Están llenos de resentimiento, se crea odio entre ellos, las hijas se rebelan porque sus padres les obligaron, el padre no quiere saber nada, la culpa les corroe a todos y destroza la familia. Esto genera una espiral de odio, y al final seremos capaces de eliminar una ciudad entera pulsando un botón. Este era el razonamiento de la Madre Teresa.

Esto que dice no se oye mucho por ahí.

¿Qué es popular ahora? Ahora por ejemplo todo el mundo piensa que la esclavitud de los negros es mala, inmoral, pero hace pocos años no era así, la esclavitud era muy popular. Hubo guerras por ello y murió mucha gente. Con el tiempo la historia acaba hablando. Ahora no es popular hablar claramente en contra del aborto, pero hay muchas personas que están en contra del aborto. Yo estoy a favor de ayudar a las mujeres, pero eso no tiene nada que ver con el aborto. Es una vida humana, como la que defendía Zahra (Shohreh Aghdashloo), la protagonista de la película La verdad de Soraya M.. Por eso también ayudé a llevarla a cabo.

Abortar también es matar, artículo de Marisa Martinez Moreno.

agosto 12, 2010

Reproducimos por su interés el siguiente artículo publicado en La Tribuna de Toledo:

Se acaba de cumplir un mes desde la entrada en vigor, de la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la denominada Ley del aborto, que permite atentar contra la vida del no nacido de una forma impune .
Una ley injusta que da un derecho sobre la vida del no nacido, una ley que desde su implantación según han denunciado la Federación Española de Asociaciones Próvida, ha originado que el número de abortos haya aumentado « significativamente « y que ha permitido a niñas de 16 años poder abortar sin el consentimiento de sus padres.
Desde hace tiempo se ha constatado suficientemente que gran parte de la sociedad es incapaz de reaccionar ante al atropello que supone esta ley del aborto, muestran su desacuerdo pero no actúan de forma firme, decidida y continuada.
Sin embargo hay personas y colectivos valientes que continúan luchando por esta ley injusta y amoral, a los que quiero hacerles llegar mi agradecimiento y apoyo, a ellos, a todas las Organizaciones Próvida de España y de forma especial a Red Madre de Toledo , por mi conocimiento directo de su labor y entusiasmo.
Gracias a todos por su trabajo voluntario y por su apoyo a la mujer embarazada, trabajan a diario, con muy pocos recursos pero con esperanza y dedicación, trabajan incansablemente y tienen ya en su haber la satisfacción de haber salvado muchas vidas.
Mi reconocimiento también a los médicos y personal sanitario que de forma decidida y valiente se han opuesto a que se limite su derecho a la objeción de conciencia a pesar de la enorme presión que desde algunas Administraciones públicas se les está tratando de imponer para que cometan un acto que no es médico y que es contrario a su conciencia y al miedo del uso que se pueda hacer del denominado « registro de objeción de conciencia»-
Pero la mayor paradoja se produce cuando acabamos de ver como una sociedad es capaz de permitir que se prohíban las corridas de toros (incluso con un respaldo social importante) y, a la vez, ve con indiferencia, sino aprobación, que se puedan matar niños no nacidos hasta con cinco meses de gestación. Comportamientos así en la sociedad presagian enfermedades futuras en ella.
La sociedad no debe olvidar que todo ser humano tiene derecho a la vida una vez concebido, la vida empieza en el momento que el esperma fecunda en el ovulo. Nadie tiene derecho a interrumpir una vida, pues no deja de ser un asesinato lo llamen como lo llamen.
El feto no tiene la posibilidad de defenderse, como el toro. Es un ser independiente, pero totalmente indefenso y dependiente. ¿Hay mayor sufrimiento que el que se infringe a un feto con veintidós semanas de gestación, al que se le extrae, se le saca del seno de su madre, donde está desarrollándose, donde siente, oye, come, se mueve …en definitiva: ¡vive!? Que fácil les resulta a algunos decir Toros no, Aborto sí.
Hay que ser valientes, no tenemos que mirar a otro lado, debemos defender el derecho a la vida del no nacido, recordando siempre que Abortar también es matar.

Pido perdón a Dios por haber votado al PP, de Luis Fernando Pérez Bustamante

julio 28, 2010

Sí, reconozco que cometí pecado al votar varias veces en mi vida al PP. Y lo peor es que alguna de ellas fue una vez que ya era consciente de lo que suponía ese partido de cara a la defensa de la dignidad de la vida humana y de la familia. Caí en la trampa del mal menor, que es la excusa de los cobardes, el refugio de los débiles, la coartada de los que idolatran la actual partitocracia.
Si todavía me quedara alguna duda sobre la necedad de votar al partido mayoritario de la derecha parlamentaria, su fundador me las ha despejado hoy todas. Don Manuel Fraga lo tiene claro. Dice que “el aborto de la señora Aído no es posible conjugarlo con nada que sea el respeto a la vida», pero al mismo tiempo aboga porque el PP no derogue la ley de Aído si llega al poder. Idem con la ley del matrimonio homosexual.
Es fácil de entender. La derecha política de este país -Rajoy no piensa distinto de Fraga en esas cuestiones- sabe que el aborto es un crimen y que el matrimonio homosexual no tiene sentido, pero le importa un comino. No está dispuesta a hacer nada por acabar con nada de lo que el PSOE haya legislado a nivel de ingeniería social. No lo hizo cuando gobernó Aznar, de ahí mi pecado al votarles de nuevo, ni lo hará jamás.
¿A qué nos lleva esto? A lo que vengo diciendo desde hace ya bastante tiempo: “…el actual sistema democrático no puede merecer otra cosa que la condena más firme por parte de los que nos llamamos cristianos. Es semilla y fuente de leyes criminales e injustas“. Los hay que todavía hablan de que gracias al “trasfondo espiritual de la reconciliación fue posible la Constitución de 1978, basada en el consenso de todas las fuerzas políticas, que ha propiciado treinta años de estabilidad y prosperidad, con las excepciones de las tensiones normales en una democracia moderna, poco experimentada, y de los obstinados ataques del terrorismo contra la vida y seguridad de los ciudadanos y contra el libre funcionamiento de las instituciones democráticas“.Que le cuenten lo de la estabilidad y prosperidad a los niños no nacidos y a las familias destruidas por leyes de divorcio que hacen que la institución familiar tengo menos garantía jurídica que un acuerdo verbal sobre el precio de un coche de segunda mano.
Yo lo siento mucho, pero por ahí no paso. Y me importa un carajo las consecuencias que me traiga esto que digo y escribo. Ante todos mis lectores afirmo que me arrepiento de haber sido cómplice de un sistema asesino y contrario a la ley de Dios. Que maldigo el día en que, por respetos humanos e incluso eclesiásticos, sujeté mi pluma y mi lengua para no llamar a las cosas por su nombre y maldigo el día que usé mi mano para cometer la iniquidad de apoyar con mi voto a semejante clase política, digna del mayor de los oprobios y de la ira divina.
No es excusa, pero es cierto que llegué un tanto tarde a la lectura de palabras como las siguientes:
Estimamos muy grave proponer una Constitución agnóstica –que se sitúa en una posición de neutralidad ante los valores cristianos- a una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que haya renunciado a su fe. No vemos cómo se concilia esto con el “deber moral de las sociedades para con la verdadera religión”, reafirmado por el Concilio Vaticano II en su declaración sobre libertad religiosa (DH, 1).
y
La orientación moral de las leyes y actos de gobierno queda a merced de los poderes públicos turnantes. Esto, combinado con las ambigüedades introducidas en el texto constitucional, puede convertirlo fácilmente, en manos de los sucesivos poderes públicos, en salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza.
y
No se garantiza de verdad a los padres la formación religiosa y moral de sus hijos. Porque no basta consignar el derecho de los padres o los educadores a recibir la formación que elijan. Es también derecho sagrado de niños y jóvenes, reafirmado por el Concilio Vaticano II, que todo el ámbito educativo sea estímulo, y no obstáculo, para “apreciar con recta conciencia los valores morales” y para “conocer y amar más a Dios” (Grav. Ed., 1). Pues bien, la Constitución no da garantías contra la pretensión de aquellos docentes que quieran proyectar sobre los alumnos su personal visión o falta de visión moral y religiosa, violando con una mal entendida libertad de cátedra el derecho inviolable de los padres y los educandos. El mal que esto puede hacer a las familias cristianas es incalculable.
y
La Constitución no tutela los valores morales de la familia, que por otra parte están siendo ya agredidos con la propaganda del divorcio, de los anticonceptivos y de la arbitrariedad sexual. Los medios de difusión que invaden los hogares podrán seguir socavando los criterios cristianos, en contra de solemnes advertencias de los Sumos Pontífices dirigidas a los gobernantes de todo el mundo, y no solamente a los católicos. Se abre la puerta para que el matrimonio, indisoluble por derecho divino y natural, se vea atacado por la “peste” (Conc. Vat.) de una ley del divorcio, fábrica ingente de matrimonios rotos y de huérfanos con padre y madre.
y
En relación con el aborto, no se ha conseguido la claridad y la seguridad necesarias. No se vota explícitamente este “crimen abominable” (Conc. Vat. II). La fórmula del artículo 15: “Todos tienen derecho a la vida”, supone, para su recta intelección, una concepción del hombre que diversos sectores parlamentarios no comparten. ¿Va a evitar esa fórmula que una mayoría parlamentaria quiera legalizar en su día el aborto? Aquellos de quienes dependerá en gran parte el uso de la Constitución han declarado que no.
Estimado lector, esos párrafos que has leído no son sólo una recopilación de lo que ha ocurrido en España en los últimos años. Es lo que un hombre de Dios, de los poquísimos que había en España hace tres décadas, vio que podía pasar si se aprobaba la Constitución española. Se trataba del por entonces Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de España, Marcelo González Martín. ¿Profeta? Puede que sí. O simplemente previsor. No hacía falta ser profeta, ni jurista que presume de serlo cada vez que puede, para saber lo que se nos venía encima. Otro cardenal, Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Madrid y, por los votos del episcopado español, presidente de la Conferencia Episcopal durante aquellos años, reconoció en un libro-entrevista autobiográfico que los obispos eran conscientes de que el cambio político traería, entre otros males, la aprobación del aborto, pero que no les quedaba otra opción que apoyar tal cambio por respeto al pluralismo político. Ningún obispo español de los que apoyaron el cambio le desmintió.
Si algo ha cambiado de entonces ahora es que hoy no tenemos un “don Marcelo” ni un Guerra Campos que nos recuerden a los cristianos la gravedad de la deriva moral y espiritual a la que va el país gracias al sistema político que la mayor parte del episcopado español apoyó, traicionando de esa manera la memoria de los mártires y de la España católica. Como mucho critican las leyes, pero no el sistema que las permite. Nadie ha cogido el relevo de esos sucesores de los apóstoles que prefirieron obedecer a Dios antes que arrodillarse ante los hombres que apartaban a Dios del alma y las leyes por las que se guiaba este pueblo. Nadie les puede hacer de menos ni poner en un lugar donde “no molesten». Murieron y el vacío ha ocupado su lugar. Al menos por ahora. Quizás el Señor nos tenga deparada alguna agradable sorpresa para dentro de unos años.
En todo caso, conmigo que no cuenten. Me niego a ser cómplice de la maldad. No volveré a votar. Y si lo hago, en caso de que vea que puede tener un efecto de testimonio efectivo, no lo haré a un partido que no lleve en su programa la penalización total del aborto, la abolición del matrimonio gay y la protección legal absoluta de la indisolubilidad del matrimonio sacramental (el que no quiera un matrimonio para siempre, que se “case” por lo civil). Que no me hablen de que Zapatero es la bestia. Lo es el sistema. Y que no me pregunten qué propongo para acabar con el mismo. No me corresponde a mí tal cosa. Ya se encargará la Providencia de ponerle fin. El cómo y el cuándo es lo que nos queda por ver.
Luis Fernando

Mientras la muerte deslizaba palabras ofidias, artículo de Juan Manuel de Prada

junio 28, 2010

Reproducimos por su interés el siguiente artículo de Juna Manuel de Prada.

Se llaman María y Roque. Hace unas pocas semanas, la amiocentesis reveló que Roque nacería, muy probablemente, con síndrome de Down; y a María la invitaron a abortar, la exhortaron a abortar, le auguraron una existencia infernal si no abortaba, incluso pretendieron pintarle el aborto como una solución misericordiosa para Roque, que entretanto seguía creciendo en su vientre, como un sigiloso milagro, como un carbunclo encendido que pugna por asomarse al mundo. Pero María se negó a abortar; halló la fortaleza necesaria en Ramón, su marido, que por las noches le susurraba letanías de ensimismado amor, mientras auscultaba de besos su vientre. Y juntos decidieron desoír las palabras ofidias que les prometían alevosamente una vida tranquila si borraban el futuro de Roque, juntos decidieron acompañar contra viento y marea la gestación de Roque, juntos decidieron recibirlo con emocionada y absorta gratitud, como se reciben los dones más valiosos e irrepetibles, juntos decidieron acompañar su respiración, velar su respiración, sostenerse en su respiración frágil, apenas audible, que sin embargo se bastaba para exorcizar las zozobras, como una luciérnaga exorciza las sombras. Y contaron, con trémula y febril expectación, los días que restaban para que Roque abandonara su cálido refugio y alumbrase sus vidas para siempre.
María y Ramón acaban de saber que Roque nacerá sin síndrome de Down. Nacerá sano y fuerte, gracias a que sus padres decidieron recibirlo con alborozo, cuando les advertían que nacería débil y enfermo. Y la cámara de Álvaro Ybarra estaba allí para celebrar la esperanza, para celebrar el coraje de María y Ramón, que se abrazaron intrépida y escandalosamente a la vida, mientras la muerte deslizaba palabras ofidias.
JUAN MANUEL DE PRADA

En España está permitido y amparado por la ley, desde 1985 y con el apoyo de todos los partidos políticos parlamentarios, el aborto de un hijo que se presuma que pueda tener Síndrome de Down, sin que exista ninguna resposabilidad penal para nadie si luego se comprueba, como en la historia del artículo, que tal suposición que causó el aborto era falsa.

Estrategia abortista y mitos

mayo 24, 2010

Reproducimos a continuación un artículo publicado en el diario ecuatoriano El Universo que explica excelentemente la estrategia de mentiras seguida en todo el mundo para legalizar el aborto:

Mientras leía una entrevista a Carlos Polo Samaniego, antropólogo, director para América Latina de Population Research Institute, acerca de la estrategia abortista, pensaba: ¡Nada nuevo! Es la misma estrategia que consiste en repetir verdades a medias; estrategia que sirve para hacer tragar ruedas de molino en el campo de la política partidista, de las ideologías, del comercio, de la historia para crear héroes o villanos. Se han creado en Ecuador.

Carlos Polo Samaniego señala a modo de muestra dos casos de una lista de casos “fabricados”, en los que se aplicó la siguiente estrategia para promover el aborto: el de Quintana Roo, México, y el de Recife, en Brasil.

Primero: El drama de las niñas embarazadas, generalmente real, es presentado con una única “solución” posible y sin efectos secundarios: el aborto. Segundo: Se monta una campaña, en la que se presenta a quienes buscan salidas diversas del aborto, como personas insensibles y antihumanas, como la campaña contra el primer ministro canadiense Stephen Harper. Tercero: Se repite a saciedad la verdad de que la mujer es dueña de su cuerpo. Cuarto: Bajo el nombre de “salud reproductiva” se oculta no solo la anticoncepción, sino también el aborto. Quinto: Se calla la pregunta clave o fundamental: ¿es el feto solo una cosa, como un tumor en el seno de la mujer, o es un ser humano no desarrollado, pero ser humano, que no es propiedad de nadie? Sexto: En consecuencia, se niegan a discutir la situación legal de los niños no nacidos; quienes no tienen protección alguna. Séptimo: El bien inmediato de la mujer justifica la muerte de esa cosa, de ese feto considerado tumor.

Carlos Polo señala a Mónica Roa, Luisa Cabal y Lilian Sepúlveda, miembros del Centro de Derechos Reproductivos como las que mueven a usar la angustia que surge en casos concretos, y también a usar los tribunales como foros excelentes para promover la legalización del aborto. Afirman que en esta estrategia de litigios la oponente radical es la Iglesia católica.

La doctora Rosario Laris, médica cirujana, maestra en salud pública y doctora en Bioética, señala cuatro mitos principales sobre el aborto: a) Legalizar el aborto reduce la mortalidad materna. India despenalizó el aborto en 1972; sin embargo, el 25% mundial de las muertes maternas sucede en India. Rusia tiene el aborto despenalizado y una proporción seis veces mayor de muertes maternas que Irlanda, que no tiene despenalización del aborto; b) Si no se despenaliza, aumenta la mortalidad en la clandestinidad de abortos. La doctora, de acuerdo al Instituto de Estadística de México, afirma que la mortalidad se debe principalmente a hipertensión; c) La legalización disminuye los casos de aborto. En España se despenalizó hace 20 años; el aborto ha aumentado 200%; d) “El aborto no tiene efectos secundarios dañinos”. Según estudios en Nueva Zelanda, de 630 mujeres, a las que se dio seguimiento desde su nacimiento y se embarazaron, de las que abortaron el 50% quedó propenso a la depresión. De las que no abortaron el 25% quedó propenso a la depresión.