Opiniones y comentarios por la vida

Reproducimos este interesante artículo publicado en la página de la asociación Familia Hoy

Cultura de la vida
La esclavitud y el aborto

Al leer la valiente declaración conjunta de nuestros decanos bio-sanitarios me sentí realmente orgulloso de formar parte de la Universidad de Navarra. En particular, me llamó la atención la comparación -que expresaban en dos pasajes de su texto- entre la superación del aborto en el siglo XXI y la abolición de la esclavitud a lo largo del siglo XIX. Todos los que hayan visto la estupenda película de Michael Apted Amazing Grace probablemente habrán pensado también en ese paralelismo. En medio de la opulencia del Imperio Británico de finales del siglo XVIII, cuya riqueza se basaba al menos en parte en el tráfico y posesión de esclavos, sólo unos pocos alzaron su voz en favor de la abolición de la esclavitud. Nuestra avanzada sociedad occidental -que se enorgullece legítimamente de sus formidables logros democráticos- pone ahora toda su maquinaria legal e institucional en favor del aborto y son sólo unos pocos quienes dicen que se trata de un trágico error.

España fue lenta en la abolición de la esclavitud. Hubo que esperar hasta 1880 -¡hace sólo 130 años!- para la prohibición de la esclavitud en Cuba. De hecho uno de los argumentos esgrimidos por los norteamericanos para su intervención en 1898 fue el de la efectiva liberación de los esclavos de la isla. Hoy en día nos llama la atención que nuestros tatarabuelos -sólo cinco generaciones- fueran tan ciegos para lo obvio: nadie tiene derecho a tener esclavos.

Algo parecido nos pasa hoy. El núcleo del problema es el embarazo no deseado, el hijo no deseado, que es visto como un intruso y -como es el más débil- es legalmente eliminado. Si yo fuera ministra pondría toda la maquinaria del Estado para ayudar a las mujeres embarazadas que no quieren recibir a la criatura que se está tejiendo en sus entrañas: intentaría darles motivos (también económicos) para que deseen seguir adelante con su embarazo y -si no lo quieren o pueden recibir- entregarlo en adopción a tantas mujeres que querrían ser madres y no pueden. Acuérdense de Juno. Además, cuántas veces es el padre de la nueva criatura quien la rechaza y la mujer recurre al aborto para no ser a su vez rechazada. Al menos en estos casos, es claro que ese supuesto derecho al aborto es la culminación del viejo machismo represivo.

Me encogió el corazón la imagen patética de las ministras españolas abrazándose como colegialas en un partido de baloncesto cuando el nuevo proyecto de ley superaba el primer escollo importante en las Cortes. No dudo de su buena intención: quieren universalizar un supuesto «derecho al aborto» en favor de todas las mujeres, independientemente de su edad, condición y recursos económicos. Sin embargo, así como nadie tiene derecho a tener esclavos nadie tiene derecho a matar la vida que germina en el seno de una mujer. Quizá tardemos en verlo como tardó la abolición de la esclavitud. En ambas coyunturas está en juego qué significa ser humano.
La nueva ley es un trágico error. Me consuela que mis decanos no se dejen arrastrar por la mayoría. Como escribió Oscar Wilde, «Quien dice la verdad antes o después acaba por ser descubierto».

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Por: Jaime Nubiola – Universidad de Navarra

Reproducimos una interesante reflexión sobre la próxima manifestación del 17 de octubre:

Los «noalaguerra» del PP

Hace unos días, los soldados españoles atrincherados (sí, atrincherados) en Afganistán tuvieron que repeler a tiro limpio un ataque enemigo (según la ministra de Defensa, de unos rateros que pasaban por allí), matando a varios sin sufrir ninguna baja.

Ante la enésima evidencia de que nuestros soldados en Afganistán están inmersos en un conflicto bélico, enseguida se empezaron a oír las lógicas reclamaciones de coherencia a los subvencionados millonarios que capitanearon las manifestaciones contra la guerra de Irak (la segunda, por supuesto); como era de esperar, su silencio fue tan atronador como bullanguera su palabrería cuando el gobierno era de otro color.

El 17 de Octubre, en Madrid, asistiremos a la versión «pepera» del «noalaguerra», encabezada por un ex-secretario de estado del PP (Benigno Blanco) y un sobrino de Rodrigo Rato (Ignacio Arsuaga). A pesar de las evidentes diferencias estéticas que muestran las imágenes que encabezan esta entrada, las similitudes y paralelismos son innegables.

1-Al igual que a los «noalaguerra» les molestaba sólo el conflicto bélico al que un gobierno del PP mandó soldados (que ni siquiera llegaron a necesitar entrar en combate), a los «noalaborto» les molesta, no el aborto, sino una ley abortista en concreto (casualmente, la única que, en este momento, cuestiona el PP).

2- La preocupación que mostraron los «noalaguerra» por la muerte de inocentes en la guerra de Irak contrasta con su absoluta indiferencia ante los que mueren en conflictos bélicos apoyados por gobiernos del PSOE (Afganistán, entre ellos). Igualmente, los «noalaborto» muestran la misma indiferencia ante la suerte de los inocentes asesinados al amparo de leyes aprobadas por gobiernos del PP (legalización de píldoras abortivas, Ley de Reproducción Asistida) o no cuestionadas por este partido (como la despenalización del aborto). Es más, igual que los «noalaguerra» actúan como si no hubiese guerras en el mundo ahora que gobierna el PSOE, los «noalaborto» hablan como si, en España, nunca hubiese habido aborto hasta que nombraron ministra a Bibiana Aído.

3- Por supuesto, al igual que el interés de unos por las guerras (incluso por la única que les parecía intolerable) se esfumó en cuanto el PSOE llegó a la Moncloa, se esfumó, en su momento, la oposición de otros al aborto cuando gobernó el PP; y, a nadie extrañará, que cuando (más pronto que tarde, apuesto) vuelva a gobernar el PP, los «noalaborto» encontrarán tolerable y aceptable lo mismo que les llevará a llenar las calles de Madrid el 17 de Octubre (igual que encontraron tolerable la despenalización del aborto en el mismo momento en que el PP anunció que no derogaría la ley abortista vigente).

4- Y de la misma forma que la nobleza aparente y buenista del genérico «no a la guerra» llevó a las manifestaciones a muchas personas que, sinceramente, la guerra es un mal que debe evitarse siempre que sea posible (que no es lo mismo que «debe evitarse a toda costa»), el «no al aborto» (que, en realidad, es «no a las leyes abortistas cuestionadas, por ahora, por el PP») sacará a la calle a muchas almas bienintencionadas que piensan y que saben que el aborto es un asesinato que no debe ser tolerado bajo ley alguna, y seguramente no coincidirán en casi nada con el manifiesto y los lemas de los convocantes, los cuales (al igual que los «no a la guerra») manipularán las motivaciones de los asistentes en favor de los intereses del «partido político nodriza».

Eso sí, hay una diferencia muy concreta: A diferencia de lo que hizo Zapatero retirando los soldados de Irak, si la «ley Aído» se aprueba, seguramente no será derogada el primer día que Rajoy duerma en el palacio de la Moncloa.

Por cierto, con tanto rojerío (tanto cromático como ideológico) en ambas fotos, me ha costado distinguir qué manifestación era cuál. ¿Casualidad?.
http://asandolamanteca.blogspot.com/2009/09/los-noalaguerra-del-pp.html

Reproducimos el artículo «Derecho a la vida… ¿por plazos?» de monseñor Munilla Aguirre, Obispo de Palencia, publicado el del diario Ya el 15 de marzo de 2009:

Finalmente, después de tres meses de comparecencias, ha sido aprobado y entregado al Consejo de Ministros, el Informe de Conclusiones de la Subcomisión Parlamentaria sobre la Reforma de la Regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Lo más significativo del Informe es la pretensión de que el delito de aborto desaparezca del Código Penal, para lo que propone un sistema de plazos, en el que se permita abortar en las primeras catorce semanas de embarazo, sin ningún tipo de condición. Para otros supuestos, el plazo se alargaría hasta las veintidós semanas; y aún más en algunos casos determinados. Por si no hubiese sido ya terrible la cifra récord de 112.138 abortos en el año 2007 en España, el Gobierno ha manifestado su decisión de acoger la petición de la Subcomisión, para dar más facilidades al recurso del aborto.
Perversión del lenguaje
Mi primer comentario se dirige al título elegido para presentar el citado documento: «En el marco de una nueva norma sobre derechos y salud sexual y reproductiva…» Como ya nos advirtió el cardenal Bertone en su reciente conferencia sobre los Derechos Humanos pronunciada en Madrid, la perversión del lenguaje ha pasado a ser un instrumento habitual en la estrategia de la conculcación de los derechos humanos. Emplear los términos «salud sexual» o «salud reproductiva» para referirse al aborto, es algo así como reivindicar el despido libre utilizando el concepto de «salud laboral»; o como reclamar la liberalización de la pornografía infantil bajo el término de «desinhibición precoz»… Una prueba añadida de la intrínseca maldad del aborto, es el hecho de que haya que recurrir a disfrazar su cruda realidad, para hacerlo socialmente aceptable.

Ataque a la vida, a la familia y a la libertad de educación
En medio de la crisis moral que padecemos, los católicos contribuimos al bien común, entre otras formas, con la defensa decidida de tres valores de suma importancia: el derecho inviolable a la vida, el apoyo a la familia, y el derecho-deber de ésta a la educación moral de los hijos.
Es muy significativo que las propuestas del Informe de la Subcomisión del Aborto, no se reduzcan al desprecio a la vida concebida, sino que también desautoricen a la familia en la decisión del aborto: se pretende que las menores de edad -16 años- puedan abortar sin que sea necesario informar a sus padres. Además, se aprovecha la coyuntura para imponer en el sistema educativo la ideología de género y otras reivindicaciones del pansexualismo. Transcribo una conclusión del citado Informe: «Formación en educación afectivo-sexual obligatoria en el sistema educativo, con el fin de prevenir embarazos no deseados (…), así como poner las condiciones para un intercambio afectivo, en toda su versatilidad y sin tabúes, entre las y los jóvenes basado en la igualdad, la libertad y el respeto a los derechos de la otra persona (…)».

Una vez más, contra la objeción de conciencia
El Informe de la Subcomisión propone la limitación del derecho de objeción de conciencia de los médicos y del personal sanitario. La objeción de los sanitarios en la práctica del aborto, sólo se admitiría en el caso de que los interesados hubiesen inscrito previamente sus nombres en un registro público de objetores (¡no cuesta mucho imaginarse cuál será el destino profesional de estos «fichados»!). Paradójicamente, se afirma explícitamente que «se facilitará todo el apoyo institucional a los profesionales que practiquen las interrupciones del embarazo».
Cada vez entendemos mejor aquella expresión acuñada por el entonces Cardenal Ratzinger: «dictadura del relativismo». Efectivamente, una y otra vez, estamos siendo testigos de cómo la «tolerancia» es invocada para justificar la introducción de determinados males morales; mientras que una vez implantados, se imponen como opción obligatoria, sin derecho siquiera a la objeción de conciencia. La estrategia es muy similar en todos los casos. Baste refrescar nuestra memoria sobre el itinerario seguido en otro caso reciente: 1º.- Invocación de la tolerancia para las uniones homosexuales; 2º.- Modificación del concepto de matrimonio en el Código Civil para equiparar las uniones homosexuales a las heterosexuales; 3º.- Enseñanza obligatoria de la ideología de género en las escuelas, a través de Educación para la Ciudadanía; 4º.- Negación de la objeción de conciencia a los padres que disientan.

La historia española está demostrando que una cosa es «invocar» la objeción de conciencia como estrategia política, y otra cosa muy distinta es «creer» en ella. Con frecuencia ocurre que los defensores de la objeción de conciencia, pasan a ser sus detractores, en cuanto alcanzan el poder.
En realidad, para creer en la objeción de conciencia, es necesario creer en la libertad del hombre. Y para creer en la libertad del hombre, es indispensable confesar su dignidad espiritual. Solamente así descubriremos el absurdo de la reivindicación del aborto como un «derecho»… Solamente así podremos entender que detrás del «no al aborto», se encierra un «sí a la vida», inseparable de la dignificación de la mujer y del matrimonio.

Publicamos el artículo de opinión «Qué Bello es Vivir», aparecido en la edición de Murcia del diario la Razón el 22 de febrero de 2009:

Me ha costado elaborar esta glosa. De un lado estaba la idea habitual. De otro la indignación, el desasosiego, ante las alarmantes noticias que confirman el cinismo con que son tratados en España los temas que conciernen a la vida humana. Sin apagarse los ecos del «dejar de alimentar» (mi cuerpo me pide llamarle asesinato) a Eluana en Italia, estamos ahora en plena ira colectiva sobre el crimen de Marta en Sevilla y las peticiones de condenar de por vida a sus asesinos, y ya conocemos con seguridad cuál va a ser el proyecto de ley sobre el Aborto que se va a presentar en el Congreso y Senado. Después de pensar, escribir y volver a escribir¿ releo los textos de la liturgia y me encuentro: «Dichoso el que cuida del pobre y desvalido¿ el Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad¿» (Salmo), «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?» (Isaías), «Tus pecados quedan perdonados», «Coge tu camilla y echa a andar» (Marcos). Y me tranquilizo; y me vuelven las ganas de orar con fuerza a Dios, de quien todo depende y que me protege y ama; y encuentro nuevas fuerzas para seguir remando contracorriente -con mi palabra y con mis acciones- en esta sociedad anestesiada, adormilada, conformista, que no descubre la «revolución» a la que estamos asistiendo. Y pienso que si aquellos cuatro que llevaban al paralítico rompieron las tejas para presentarlo ante Jesús, porque su fe les hacía no retroceder ante la adversidad, yo no puedo ni debo callar. ¿No nos damos cuenta del cambio cultural al que asistimos? Abortar, era un delito, estaba penado, sólo que su práctica se despenalizaba en determinados supuestos; ahora con la reforma que se pretende aprobar se habla ya de un «derecho». ¿Vamos a hacer lo mismo con los atracos, la corrupción o las leyes de tráfico? ¿Con qué cinismo, o cara dura, podemos prohibir a una joven de 18 años menos un día que compre una bebida alcohólica, y sí le permitiremos a una de 16 que aborte por propia decisión sin -no ya el consentimiento- sino ni siquiera la información a sus padres? Alguien dijo que «si el vientre de la mujer fuera de cristal¿». Y es que el problema es que nos quieren ciegos, sordos, mudos, superficiales¿ ¿Recuerdan ustedes aquello de «pan y circo»? ¿Alguien les dice a esas adolescentes o mujeres la verdad, les hablan del síndrome post-aborto, les ofrecen ayudas acordes con la dignidad de la persona? Y no se trata de condenar, sino de ofrecer a Cristo, «que ha venido a hacer todo nuevo», a «abrir caminos en el desierto, ríos en el yermo». Pero ¿qué es eso nuevo? El perdón sin condiciones, la misericordia creadora, el gozo de una vida resucitada de la muerte. No tengamos miedo de ofrecer nuestro tesoro.
Luis Emilio PASCUAL ,Vicario Episcopal y Capellán de la UCAM

Publicamos a continuación la editorial de Diario YA de hoy 11 de febrero de 2008:
Editorial: «Falsa eutanasia»
Estará tranquilo ya, por fin, el tal Beppino Englaro (lo sentimos, pero para nosotros ya Pepino Englaro) que se tiró ayer todo el día lanzando amenazas y mensajes desafiantes a la Humanidad: «Es que ustedes no saben cómo estaba mi hija…, es que si hubieran visto cómo estaba mi hija seguramente hubieran entendido mi dolorosa decisión, y etc., etc., etc.» Vamos, que como su hija estaba tan mal, tan mal, la ha mandado a la tumba y él se ha quedado aquí, una posición desde luego muy propia de un padre, no cabe la menor duda. El padre perfecto es don Pepino.
Mire, lamentamos que usted no entienda el español y que nosotros no escribamos este editorial en italiano para que pueda enterarse de su contenido (ojala se lo traduzca alguien). Pero como bien ha dicho el primer ministro de su país (el único que ha estado a la altura de las circunstancias en este desdichado asunto), Eluana ha sido asesinada. Ahora, podrá haber juicio o no haberlo, y habrá gente que vaya a la cárcel o no, pero su vida ha sido interrumpida por la mano humana, y por tanto se la han quitado, la han matado vilmente en un acto cobarde, miserable y repugnante. La han asesinado a traición.
¿Qué inconveniente tenía usted, Pepino, en que las adorables monjitas que venían ocupándose de su hija en los últimos años (vergüenza debería darle, por cierto…, si la conociese, claro) lo siguieran haciendo?, ¿acaso le pedían dinero por ello, le extorsionaban, Pepino, le acosaban a cambio de la manutención y el cuidado de Eluana? Seguro que no. ¿Entonces, cuál era el problema de que continuase viviendo?, ¿su sufrimiento?, ¿y quién se cree que es Vd. para evaluar el sufrimiento ajeno, y lo que es peor, para decidir por otro que es mejor morirse que seguir sufriendo? Porque a lo mejor Eluana lo que quería es morir de forma natural, esto es, como mueren todas las personas que no son asesinadas.
Usted, Pepino Englaro, es un mal padre, un irresponsable, un egoísta y un caradura. Y si le quedase en el cuerpo un gramo de cordura (cosa difícil evidentemente…, aunque no imposible), en lugar de estar dando lecciones a los demás de cómo tienen que pensar o de las ideas que deben tener, podía rezar un poco por el eterno descanso de su hija. Ya que no ha permitido Vd. que se haga la voluntad de Dios, único que debe decidir cuándo nacen y mueren las personas, tenga por fin un gesto de verdadero amor paterno y rece por Eluana, que seguro se lo agradece.
Y, de verdad, no sufra por quienes no hemos visto a su hija estos últimos días: ya nos imaginamos que no estaba bien, naturalmente, si hubiera estado bien no la habrían matado. Pero no tome por tontos a los demás, oiga, que está muy claro lo que es dar de comer a una persona en coma y lo que es desconectar a quien vive de forma artificial. Eluana estaba en el primer caso; sólo necesitaba que la dieran alimento, y usted, que es su padre, la ha matado de hambre y de sed sólo para no tener que ir a verla cada dos o tres días. Bonito ejemplo, sí señor, puede sentirse muy orgulloso.

Publicamos la editorial de Diario Ya de hoy 17 de diciembre, que suscribimos completamente:

Editorial: «Matando a tu hija»

Eluana Englaro es una joven italiana que sufrió un accidente hace 17 años, quedando en estado vegetativo. Su corazón late con normalidad, y respira por sí sola, pero necesita que la den de comer y de beber para poder vivir, cosa habitual en muchos humanos. Su padre, en cambio, lleva tiempo queriendo deshacerse de ella, porque considera que “su hija murió el día que sufrió el accidente”. Curiosa forma de amor paternal, desde luego.
Como la Justicia es injusta en todas partes, no sólo en España, el Tribunal Supremo italiano autorizó la supresión de la alimentación asistida que recibe Eluana, apoyado no sabemos bien en qué razones…Ninguna comprensible ni moralmente aceptable. Porque, insistimos: lo único que necesita esta chica para poder seguir viviendo es que la alimenten, las demás funciones vitales las hace por sí sola.

Llama poderosamente la atención que, frente al discurso inmoral y egoísta de los padres de la joven, locos por darle pasaporte a aquella a quien un día dieron la vida (por Gracia de Dios), las monjas de la Clínica Beato Luigi Talamoni, de Lecco (al norte de Italia) lo que quieren es poder seguir cuidando a Eluana “sin pedir nada a cambio”, solamente por amor al prójimo, por amor a una persona que tiene intacta su dignidad aunque para muchos sea solamente un trasto inservible.

¡Qué mundo hemos construido!, ¡qué continua aberración! Aquí, o produces y consumes, o te dejan listo de papeles enseguida, empezando ¡por los propios padres! Y aún tienen la poca vergüenza de apelar a una “muerte digna” y a una “ausencia de sufrimiento”, cuando en ningún caso se está prolongando artificialmente la vida humana, sino sencillamente ayudando a mantenerla, que es la obligación de todo bien nacido. Lo que ocurre es que no abundan, según se ve, los bien nacidos.

La eutanasia, como el aborto, son los dos dramas humanos que nos ponen ante la evidencia de la sociedad corrupta y decadente en la que la mayoría de la gente se siente satisfecha: un mundo lleno de objetos inservibles en el que la vida de un topo o de una planta exótica merece más consideración que un embrión humano o una chica con el cuerpo paralizado por un accidente. A esto nos ha llevado el ateísmo irracional.

Miércoles, 17 de diciembre de 2008.

Por su interés, y por expresar perfectamente nuestro modo de pensar sobre el tratamiento qyue se da al aborto en nuestra vida política y social, reproducimos esta carta al director escrita en el diario La Verdad:

Desde que en el año 1985 se despenalizara, en tres supuestos, el aborto inducido en España, la impunidad y el apoyo gubernamental con que se mueven tanto los grupos pro-aborto como los médicos que practican abortos ilegales alcanzan límites escandalosos.

Buena prueba de ello la tuvimos recientemente con el doctor Morín, el de la trituradora; ese asesino en serie de niños, detenido, encarcelado y encausado -gracias a la querella interpuesta por Alternativa Española (AES)- por practicar abortos ilegales. Mientras que el Gobierno, en vez de instar a la Fiscalía a que se personara en el caso o poner los medios legales para evitar que se sigan produciendo casos similares, toma cartas en el asunto proponiendo una ley de confidencialidad para proteger a los que practican estos crímenes.

Por tanto, no nos puede extrañar que la ONG Mujeres sobre las Olas (Women on Waves), después de hacer notoria y pública difusión (en su web) de su intención de realizar abortos al margen de la ley en nuestro país, haya podido pasear por Valencia su barco de la muerte sin que ninguna autoridad (nacional, autonómica o local) se lo impidiera.

Esta versión macabra de la serie Vacaciones en el mar, en la que no podía faltar un comité de bienvenida -con lectura de un manifiesto a favor del aborto, celebraciones y actuaciones musicales- y que ha contado con Pilar Bardem como reina de las fiestas, no se ha limitado a pedir el aborto libre o apoyar al Gobierno en su intención de promover una ley de plazos, sino que, además, ha practicado abortos farmacológicos al margen de ley (uno de ellos a una menor sin el necesario consentimiento de sus padres).

Todo esto, por supuesto, como ya nos tienen acostumbrados los promotores del lobby abortista, argumentándose desde las verdades a medias, cuando no desde la mentira: Se ha dicho que los abortos se producen al amparo de la ley holandesa, pero han silenciado que no disponen de autorización para practicar abortos a más de 25 kilómetros del hospital Slootervaart de Holanda; argumentan que estos abortos se producen en aguas internacionales, a 30 kilómetros de la costa española, cuando los convenios internacionales establecen que dicha distancia se considera zona contigua y, por tanto, aguas jurisdiccionales españolas; por otro lado, los abortos tampoco se producirían en el barco, ya que el aborto farmacológico tiene un proceso que dura unos 14 días.

Está claro, no existe voluntad política para acabar con el aborto, sea cual sea el color político de la administración sanitaria de turno. Nos hablan de preocupación por el incremento del número de abortos, de que es un drama o un fracaso, mientras dejan a las mujeres solas, sin apoyo alguno físico o moral, sin darles una solución. En el fondo, lo único que realmente les preocupa del incremento del número de abortos, es que son el reflejo de sus erróneas políticas de promiscuidad social (in) segura que, a pesar del póntelo, pónselo, han traído un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual y de los embarazos no deseados. Por no hablar del colectivo proabortista, que tanto defiende ese supuesto derecho a decidir de las madres, derecho inexistente pues está supeditado al principal derecho de todo ser humano: el derecho a la vida. Un derecho que, sin ningún escrúpulo, convierten en obligación, blindando cualquier salida a esas mujeres, que engañadas, optan por esa solución traumática y que las marcará de por vida con el síndrome postaborto.

Y detrás de todo, el poderoso caballero Don Dinero. Porque detrás de todas esas políticas de salud reproductiva, que se promueven desde organismos internacionales, y que contemplan el aborto provocado como un método anticonceptivo más, solamente tenemos el enriquecimiento multimillonario de todas las organizaciones que promueven su despenalización y de los médicos que ejecutan este crimen abominable.

Pero, además, detrás del aborto hay otra realidad, la que se mide por millares al año, la que ha propiciado el genocidio de más de un millón de seres humanos en España desde que su despenalización. Mientras que, nuestra clase política, juega con la opinión pública al poli bueno – poli malo para imponernos su cultura de la muerte: mientras los unos (PSOE, IU, UPyD ) promueven nuevas leyes abortistas, los otros (PP) les plantan una firme oposición apostando por mantener la ley actual, la que acaba con la vida de más de cien mil niños anualmente.

Pero no sería justo echar toda la culpa a nuestros políticos, al fin y al cabo, están ahí gracias al respaldo de sus votantes. Como dijo Edmund Burke: «Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada».

Reproducimos esta enocionante carta escrita a una niña en estado de gestación y con graves malformaciones. Es una lección de que si hay amor el aborto no tiene ningún sentido. Al mismo tiempo, recomendamos que se vea el programa al que se hace referencia en la presentación de la misma:

La cita es el próximo domingo 2 de noviembre, a las 10,30 de la mañana, en el programa de TVE2 : ’Últimas preguntas’. Entrevistan a los padres de Carola: Una vida para el cielo.
El impresionante testimonio de esta familia amiga,tan querida, me ayudó para poder escribir esta carta.

Carta abierta para Carola

Queridísima Carola:
No sé si en realidad debería contarte un cuento, un bonito cuento, apto para mayores; pero tu gran y pequeña historia – cuando todavía no has nacido- supera, con creces, las más bellas historias jamás contadas…
Érase una vez una familia a la que Dios quiso con locura. Érase una familia que quiso el querer de Dios y ayudó a muchas familias a encontrar la esperanza y la fortaleza en la fe cristiana; la generosidad plena del auténtico amor; el valor de la vida humana; el olvido de sí y la alegría en el dolor. Érase una familia que había entrelazado sus manos con las de Dios para acunar una vida…” la tuya, Carola. Cuando nazcas, tus posibilidades de vivir – debido a una malformación – son prácticamente nulas, a no ser por un milagro. Pero tu madre dijo que si Dios te había querido así, ella también te quería… y tu padre, y tus hermanos… – y te bautizarían enseguida que nacieras-, y, resulta que todos te queremos y rezamos por ti. Desde el vientre de tu madre – con el cariño de tu familia- has saltado de gozo ante ese quererte Dios tan cerca de Sí, desde el primer momento de tu concepción.
Es primavera y la vida brota a borbotones por doquier. La tierra se está vistiendo de los más bonitos colores para recibirte y el cielo azul brilla adornado con soles y estrellas que con sus destellos te hacen guiños para conocer tu sonrisa.
Queridísima Carola, quería decirte que tu familia y familias como la tuya humanizan el mundo; lo convierten en un gran hogar. Gracias por tu vida.
Tus padres son muy buenos. Supongo que tienen sus cosillas que mejorar, como cualquier habitante de esta aldea global, pero son expertos en saber querer. Tú certificas mejor que nadie la autenticidad de su amor. Tu madre es simpática y divertida. Ahora la veo con carusilla y algo cansada, pero no se queja ¡Es una valiente! Dile a Dios que la proteja siempre. Lo hace super bien tu padre que le mima con mil detalles y no la deja ni a sol ni a sombra. Los dos actúan como si nada- aunque reconocen que tienen momentos de bajón-, sinceramente hacen poesía no sólo de la prosa, sino del dolor de cada día. De tus hermanos se me despista Javier. Quizá yo a él también porque telefoneé a tu madre y le dijo; “Te llama ‘no se qué’ Tomás”. Ella y yo nos reímos divertidas. Pablo siempre ha sido un magnífico estudiante, aunque de pequeño algo llorón (lloraba cuando le metían goles) y muy buen amigo; lo es del menor de mis hijos .Tus tres hermanas- Blanca, Beatriz y Vega- son auténticas bellezas. ¿Y tú?… Creo que has acaparado la belleza del amor de Dios que nos ciega, deslumbra e ilumina, todo a un tiempo.
Queridísima Carola, no sé por qué te cuento de los tuyos si ellos ya te han bañado con sus lágrimas y te han acurrucado con sus congojas y te han susurrado oraciones, como canciones de cuna cantadas a coro con Dios. Que Él os bendiga siempre.

http://kikatomas.wordpress.com/2008/10/29/cita-con-la-vida/

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