Olga Bejano, amor a la Vida
La autora española Olga Bejano falleció hoy, luego de 20 años de padecer una enfermedad neuromuscular que la dejó muda, ciega y prácticamente inmóvil. Ella desarrolló un método para comunicarse con el mundo a través de los impulsos de una de sus rodillas, escribió varios libros y abogó por la defensa de la vida hasta su término natural.
Según informó El Semanal Digital, la salud de Bejano se complicó esta semana con una fuerte neumonía y una fiebre muy alta, «lo cual precipitó de forma irreversible la parada cardiorrespiratoria que acabó con su vida en la madrugada de este viernes».
La escritora contrajo en 1987 una enfermedad neuromuscular que paralizó prácticamente todo su cuerpo, respiraba artificialmente y se alimentaba a través de una sonda.
«Encontró un método para comunicarse con el mundo: haciendo unos garabatos aparentemente incomprensibles con los impulsos de su rodilla, que sus distintas enfermeras aprendieron a traducir lentamente al abecedario. Gracias a este original sistema, Olga había publicado con gran éxito tres libros: Voz de papel, Alma de color salmón y Los garabatos de Dios, algunos de ellos traducidos y publicados fuera de España, con lo que su autora adquirió relevancia internacional. Su tercera obra es una lúcida reflexión sobre la grandeza y los límites del ser humano, y especialmente sobre la capacidad de superación de las personas. Actualmente se encontraba escribiendo su cuarto libro, titulado Alas Rotas», agrega el medio.
Los funerales de Olga Bejano se celebrarán el sábado a las once de la mañana en la iglesia de Santiago de Logroño.
En los últimos tiempos, la autora protestó públicamente por una disputa político-administrativa en el Gobierno de la Rioja que le impedía contar con una enfermera todos los días y le obligaba a estar en cama la mayor parte del tiempo. Por ese motivo, Bejano había decidido devolver la Medalla de Oro de La Rioja, que le había sido concedida hacía diez años.
Los libros de Bejano han sido editados por LibrosLibres.com
Craig Ewert, la cultura de la muerte y la propaganda de la eutanasia
Anoche se emitiró un documental sobre el suicidio asistido de Craig Ewert, un enfermo terminal de 59 años, ocurrido en septiembre de 2006. Como justificación a su suicidio, Ewert asegura no querer pasar el esto de sus días en una “tumba con vida”.
El suicidio tuvo lugar en un centro especializado en eutanasia con el contradictorio nombre de “Dignitas”. La viuda de Ewert justifica el documental porque, según ella, hará que la gente se enfrente a los “tabúes” de la muerte.
La emisión del documental es polémica además de por la evidente amoralidad, porque supone a juicio de muchos el enaltecimiento de un delito, ya que la eutanasia está considerada actividad delictiva en el Reino Unido, con penas de hasta catorce años de prisión.
En España ocurre lo mismo: según el Código Penal, la inducción y la cooperación en un suicidio y la ejecución de la muerte, acarrean penas desde dos a diez años de prisión, dependiendo del caso.
Analistas consultados por DiarioYA afirman que, curiosamente, hace 4 años se estrenó en España una película, “Mar adentro”, donde se hacía apología de la eutanasia, es decir, de un delito tipificado en el Código Penal. Sin embargo, el Gobierno socialista acudió al estreno y ningún partido de la oposición presentó ninguna querella contra esa película.
Estas mismas fuentes señalan que, en cualquier caso, aunque los sistemas jurídicos no entendiesen que la eutanasia es un delito (como pretende el Gobierno español), “la inmoralidad en la colaboración o inducción a un suicidio es evidente” y por tanto “rechazable”.
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