
Abogado de la defensa del médico asesino.
Según el fiscal adjunto, Marc Mariée, el médico habría reconocido haber inducido la muerte a varios pacientes, utilizando supuestamente «sustancias que provocaron la muerte inmediata» de cuatro enfermos ingresados, todos ellos de edades avanzadas y en estado terminal. Pocas horas más tarde el abogado del médico, Arnaud Dupin, confirmó que su cliente «no se arrepiente de su actuación». Bonnemaison «no ha desmentido los hechos, ha explicado las circunstancias en que tomó esas decisiones para aliviar el sufrimiento de personas que iban a morir en los minutos siguientes», según las declaraciones de Dupin recogidas por el citado rotativos. Las familias, por su parte, no han presentado de momento ninguna denuncia.
Las muertes sospechosas se han producido en los últimos cinco meses. Fue el último fallecimiento, el de una anciana de 92 años que murió el pasado 3 de agosto, el que ha destapado los supuestos casos de eutanasia, una práctica ilegal que está penada con hasta treinta años de cárcel en Francia. Nicolas Bonnemaison fue detenido por la Policía gala el pasado miércoles. Al parecer, fue el propio personal sanitario de urgencias quien alertó a la jefatura del servicio de la muerte en extrañas circunstancias de una mujer de 92 años el pasado 3 de agosto. Según el diario Sud-Ouest, la paciente nonagenaria ingresó en el hospital el 2 de agosto, en estado de coma. Permaneció en la unidad de hospitalización de corta estancia -adscrito a Urgencias-, a la espera de conseguir una cama en el servicio de cuidados paliativos, aunque falleció en la misma unidad un día después.
Enfermeras y auxiliares de la unidad mostraron su asombro por el fallecimiento «prematuro» de ésta y otros ancianos, por lo que avisaron a sus superiores que, tras recabar datos, decidieron denunciar el caso ante la Policía. Siempre según el diario galo, el acusado habría reconocido los hechos ante los agentes policiales e informado de que utilizó para esas muertes un medicamento, el Norcuron, que paraliza las vías respiratorias.
El rotativo llega a describir cómo la tarde del pasado 3 de agosto, una auxiliar habría visto al médico sospechoso cuando entraba en la habitación donde estaba ingresada una anciana con una jeringuilla en la mano y que, momentos después, se habría dirigido a la familia de la mujer para anunciarles su fallecimiento.
Michel Glanes, director del Centro hospitalario de la Costa Vasca (CHB), relató que las familias de los fallecidos están recibiendo ayuda psicológica, al igual que el personal del servicio en el que trabajaba Bonnemaison. El ministerio de Sanidad ha abierto por su parte una investigación.
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