«Abortar ya es un derecho. Las chicas mayores de 16 años podrán abortar en España». Éstos son dos ejemplos de como fue recibida la noticia de entrada en vigor de la nueva ley que da cobertura al aborto en España. Su definitiva aprobación fue presentada como un triunfo, incluso confundiendo en el mensaje de celebración la satisfacción por su regulación con el supuesto también triunfo de que abortar pudiera parecer un premio. El aborto en nuestro país es un método anticonceptivo más reconocido y amparado por la legislación.
El partido en el Gobierno ha llevado adelante una reforma de la situación de regulación anterior que ha presentado como un avance y un supuesto logro no sólo de modernidad y progreso, también de justicia y necesidad. Camuflando y monopolizando el debate en algo anecdótico de la ley como podía ser la necesidad de consentimiento paterno y/o materno para someterse a un aborto en la minoría de edad, ha convertido en derecho lo que antes era delito.
El partido mayoritario en la oposición ha vivido el proceso sumergido en el silencio más absoluto. Sus responsables son conscientes de que la nueva regulación no viene nada más que a convertir en derecho, darle por lo tanto cobertura legal, algo que de facto ya era una práctica habitual en España y de forma especial cuando gobernaron ellos. La despenalización de hecho y en la conciencia social ya se produjo hace tiempo.
En todo este proceso quienes somos conscientes de que el aborto provocado es un crimen hemos luchado porque este momento no llegara, nos quedaba la esperanza de que al no estar regulado siempre podíamos justificar la condición de delito.
El proceso se ha cerrado de forma más escandalosa. El partido de la oposición, con la boca pequeña y por la puerta de atrás, presentó un recurso contra la entrada en vigor de la nueva legislación. Lo hizo sin demasiada convicción, la prueba está en que en realidad en el texto del recurso no denuncia el aborto como un asesinato en ningún caso, lo hace en determinados supuestos y le preocupan más cuestiones legales. Ahí tienen la nula alusión que su líder ha hecho a este tema en todo el proceso, incluida ausencia llamativa en el Debate sobre el estado de la nación. El TC no ha interrumpido su aplicación en tanto en cuanto se resuelve el recurso, y curiosamente con el voto decisivo de un vocal nombrado por este partido.
El Partido Socialista ha cumplido su objetivo. Al Partido Popular le han allanado el camino. El TC retocará lo aprobado y todo quedará como aquí se diga puesto que su voluntad irá haciendo aún más escuela en la ya pobre conciencia social.
Desde el Partido Familia y Vida, y aún reconociendo la tristeza del momento vivido, nos queda la esperanza. Siempre nos quedará la esperanza y seguro también la certeza de que algún día esto cambiará. Probablemente se trata de una carrera muy larga, el testimonio es esencial en esta lucha, nosotros continuaremos en ella.
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