Durante la Javierada celebrada ayer en la localidad navarra de Javier, Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela dedicó las últimas frases de su homilía a denunciar las injusticias con los más débiles. Fue especialmente duro en el caso del abuso con los no nacidos. «Abandonemos ese camino de cerrazón y suficiencia y detengámonos a escuchar el grito de los que no tienen voz: los desdichados, los pobres, los forasteros, los que aún no han nacido». Sus palabras fueron muy explícitas al dirigirse a los responsables políticos que han abanderado la reforma legal del aborto. «La altanería y la prepotencia humanas no tienen límite. Son infinitas y se plasman en estas leyes de muerte que ahora pretenden imponernos, en una de las mayores injusticias nunca legisladas en este país», gritó. «Hay que defender la vida humana desde el mismo momento de la concepción», expresó ante el nutrido grupo de fieles, que escuchaba en silencio la homilía de la primera Javierada de este año.
En una mañana fresca, aunque soleada a intervalos (la temperatura a las 10 horas, cuando daba comienzo la eucaristía, era de 4º), la crítica al aborto fue el único inciso del arzobispo en la actualidad mediática. El resto de su intervención, que duró cerca de veinte minutos, la dedicó a reforzar el mensaje religioso de los peregrinos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.